sábado, 10 de diciembre de 2022

   Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada




Proyecto para grabado al buril
Letanía Lauretana
CYDT
María (en arameo, מרים‎, romanizado: Mariam), madre de Jesús de Nazaret, fue una mujer judía de Nazaret de Galilea que, según diversos pasajes neotestamentarios pertenecientes al Evangelio de Mateo, al Evangelio de Lucas y a los Hechos de los Apóstoles, como también distintos textos apócrifos tales como el Protoevangelio de Santiago, vivió entre fines del siglo I A. C. y mediados del siglo I D. C. También el Corán (siglo vii), libro sagrado del islam, la presenta como madre de Jesús (Isa), bajo su nombre árabe, Maryam o Miriam.
La presencia de María es atestiguada por las principales corrientes del cristianismo primitivo que terminaron por integrar el canon bíblico: primero, de forma alusiva, en el cristianismo paulino,6 y luego, con mayor énfasis en el cristianismo sinóptico y joánico, donde se la considera una personalidad cualificada y en más de un sentido única, partícipe singular de un momento clave de la Historia de la salvación, la encarnación de Jesucristo y copartícipe de otros dos, la crucifixión y muerte de Jesús,y la conformación de la primera comunidad cristiana orante inmediatamente antes de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés
El Evangelio de Mateo11​ y el Evangelio de Lucas​ presentan a María como una joven virgen cuando, en la Anunciación, supo que estaba encinta por obra del Espíritu Santo, sin concurso de varón.1 Por esto, a menudo se la llama la «Virgen María», o simplemente «la Virgen», en las Iglesias católica, ortodoxa, copta, en la Comunión anglicana y en otras denominaciones cristianas.
En las Iglesias ortodoxas y en la Iglesia católica se le atribuyen facultades de intercesión ante Jesucristo, siguiendo a san Ireneo de Lyon (siglo II) y lo narrado en el Evangelio de Juan sobre su intervención en las bodas de Caná​ En las Iglesias antes citadas, la devoción a ella se manifiesta a través de expresiones diversas, que van desde declaraciones dogmáticas y doctrinales marianas, hasta oraciones a ella dedicadas, y títulos con los que se la identifica, tales como «Madre de Dios», o su correspondiente término en griego, «Theotokos», este último adjudicado a ella tempranamente en el Concilio de Éfeso de 431 y muy utilizado por la Iglesia ortodoxa. También se la llama «Bienaventurada Virgen María», en línea con el texto evangélico:
Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada

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